Como fotografiar el cielo, en las ciudades

Astrofotografía urbana de cielo profundo: luchando contra la contaminación lumínica

Obtener fotografías de objetos astronómicos de cielo profundo (situados más allá de nuestro sistema solar) es una actividad apasionante. Teniendo en cuenta las enormes distancias que nos separan de ellos, su señal es de una extrema debilidad (disminuye con el cuadrado de la distancia) y, por tanto, la técnica para fotografiarlos consiste en dejar el obturador de la cámara abierto e ir captando fotones y más fotones durante varios minutos (larga exposición).

Pero ... ¿qué pasa si intentamos hacer larga exposición bajo un cielo fuertemente contaminado por la luminosidad? Del mismo modo que la luz del Sol eclipsa las estrellas y no podemos verlos durante el día, el cielo nocturno de una ciudad se convierte en un emisor de luz y deja de aparecer negro en cualquier imagen de más de 40 o 50 segundos de exposición.

Ejemplo del comportamiento del cielo urbano: Las Pléyades con una Canon 50D a Iso 800 + Refractor ED80 F 7,5 desde Barcelona


 30 segundos de exposición    60 segundos de exposición    120 segundos de exposición


El problema, pues, está claramente identificado: Si intentamos realizar larga exposición desde una ciudad, el fondo del cielo se vuelve más brillante cuanto más dure la toma y eclipsa rápidamente cualquier objeto que queramos captar.

Si reducimos el tiempo de exposición (hasta 10, 20, 30 segundos ...) para que el fondo del cielo aparezca más oscuro, no conseguimos captar suficiente señal de los débiles objetos de cielo profundo. De hecho, en astrofotografía pasa lo mismo que en observación visual: cuántos estrellas podemos ver a simple vista desde una ciudad? Muy pocos, difícilmente llegaremos a distinguir una estrella por encima de una magnitud 3!

Esta realidad explica el porqué "históricamente" los astrofotógrafos se han alejado de los núcleos urbanos buscando cielos oscuros para poder captar imágenes de nebulosas, galaxias, cúmulos de estrellas, etc. Sin embargo, con la aparición hace unos años los sensores digitales y la actual popularización de las cámaras réflex dotadas de esta tecnología, disponemos de herramientas muy potentes que nos están abriendo nuevos caminos y nos permiten afrontar la fotografía de objetos de cielo profundo desde las ciudades.

La estrategia básica es acumular un buen número de imágenes individuales del objeto astronómico (cuantas más mejor), con el máximo tiempo de exposición que permita nuestro cielo sin llegar a saturar la imagen. Este tiempo de exposición es variable, dependiendo de las condiciones de contaminación de nuestro cielo, de la luminosidad de la óptica empleada y del ajuste Iso de la cámara. Habitualmente podemos estar hablando de exposiciones que oscilan entre los 20 y los 60 segundos. Por medio de un software específico, este conjunto de imágenes se combina con métodos estadísticos para obtener una imagen "final" con una alta relación "Señal / Ruido". Posteriormente, esta imagen combinada se procesa para hacer aparecer la información que estaba oculta. Podríamos definir procesar una imagen como el conjunto de modificaciones, mediante transformaciones sobre los valores de los píxeles, con el fin de extraer la información que nos interese, presentando el resultado con fines fundamentalmente estéticos.

El procesado, por medio de un conjunto de herramientas y metodologías en constante evolución, nos permite extraer información y lograr visualizar nebulosidades y estrellas donde, aparentemente, no había nada.

Una cámara digital réflex acoplada a un modesto refractor + una montura con GOTO, nos permitirá empezar a explorar este apasionante mundo de la astrofotografía urbana

     
      David Calabuig