Martes 30 de enero a las 19h: Conferencia: "De Apolo a Artemis: ¿Por qué volvemos a la Luna? " (Presencial y seguimiento online) Ponente: Marina Martínez es doctora en Ciencias Planetarias y de la Tierra por la University of New Mexico (USA) (2021), Licenciada en Geología por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) (2013) y Máster en Astrofísica, Física de Partículas y Cosmología por la Universitat de Barcelona (2015). "Nuestro sistema solar se formó por colapso gravitacional de un núcleo denso en una nube molecular que rota alrededor de la galaxia. Aquel núcleo se convirtió en el Sol, alimentandose de prácticamente todo el gas y polvo que rotaba en un plano ecuatorial alrededor del Sol naciente. Cuando el gas empezó a bajar de temperatura, se condensaron los primeros minerales sólidos, pero el sistema era tan violento que la mayoría no sobrevivian a aquel escenario. Pocos cuerpos (asteroides) sobrevivieron, y gracias a ellos, al cabo de unas decenas de millones de años más tarde se formaron los planetas rocosos, entre ellos, nuestra Tierra. Durante la formación de la Tierra aún parcialmente fundida, sin embargo, un protoplaneta de la medida de Marte, Teia, impactó con ella. El impacto fue plástico, y es posible que una gran parte del manto de Teia quedara enterrado en el interior de la Tierra. De aquel impacto surgió la Luna. El interior de la Luna evolucionó como un cuerpo diferenciado con un núcleo, un manto y una corteza. Más tarde, el vulcanismo intenso rellenó de lava cráteres de impacto. Las 6 misiones Apolo que alunaron entre 1969 y 1972 devolvieron 382 kg de material, tanto rocas (basaltos, brechas, dunitas, troctolitas, anortositas, vidrios volcánicos, etc.), como suelo lunar, lo que nos ha ajudado a entender los procesos que originaron la Luna y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo. Así mismo, estas muestras solo representan una pequeña proporción de la Luna, y además, el avance tecnológico en instrumentación de análisis de las últimas dos décadas ha generado nuevas preguntas que aún esperan respuesta, poniendo de manifiesto la complejidad para entender el origen y la evolución de la luna. Ejemplos de ello son las precisiones cada vez más altas en datación de rocas, haciendo que el actual modelo de evolución lunar sea inconsistente, o la detección de agua que empezó en los años 2000. Por eso, dentro de los objectivos científicos de la misión Artemis está explorar la posibilidad de agua congelada enterrada en cráteres permanentemente en sombra, así como recoger muestras de rocas más representativas de la corteza y el manto lunares. En esta conferencia repasaré los secretos que esconden las rocas lunares y parte del trabajo que realizaré como encargada del análisis de rocas que vovlerán de la misión Artemis III. " |
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